Monday, July 10, 2006

Del Chipiachi. (Parte 1)


Llevo rato dándole vueltas a una de esas ideas fáciles de entender, pero complejas de explicar a otros: como le llegan a uno los recuerdos. Pero no a lo Marcel Proust, sacramentalizados. No. El asunto de que hablo empieza cuando descubres, como yo ahora, que hay cosas como ducharse o ir a la playa que te abren ese apetito por las imágenes pasadas; mientras que otras como fregar o serruchar te las quitan por completo. Hoy la conjunción (no precisamente astral) es completa. Me he comido un congrí fabuloso, me he dado una ducha tremendamente larga y estoy de vacaciones…

I

Flashback: Hace una hora, mientras me duchaba y como tanta gente en este mundo; empecé a cantar. Me empecé a reír a carcajadas. Y es que me di cuenta que a pesar de tanta escuela de idioma, pagada o no, follow me from La Lenin included y varias convalidaciones de exámenes de inglés; vinieron a mi cabeza esa gran cantidad de canciones que me aprendí en chipiachi. En dos palabras: estaba cantando “se me cae la trusa/estí/esta, se me cae la trusa/tun tun tutun tun”. Y ahí estaba yo, gracias al chipiachi, en aquella Tarara de 1979; junto a unos amigos con un incipiente spendrum bailando “down to the ground…”





II

En realidad lo empecé a llamar así -al noble idioma- hace unos diez años atrás. Recuerdo que estaba en una fiesta en Santiago de las Vegas, Boyeros; y bajo los efectos de una tremenda ración de sustancias que caen en la denominación de origen cubana por excelencia: Líquido Mareador . Hay que tener en cuenta la secta allí reunida: casi todos de la Gran Vacacional de Arroyo Naranjo, 80% sexo femenino y de la facultad de Farmacia de la perenne e ilustrísima Universidad de la Habana. La media era 25 años (yo era un lozano estudiante del CIPEL en mis lucidos 22 años) “y era de noche y llovía”.

De pronto alguien que no viene al caso empezó a cantar a todo volumen: “aguarikiti mai ló, pun pupumpun akeroduy, chan chan chan, aguarikiti mail ó, akeroduyyyyyyyyyy”. La novia, que era muy correcta leída y estudiada, le dijo con un tono que salía de una caverna: “coño Javier, en chipiachi no compadre, que a mi Led Zeppelín me encanta”


3 comments:

wcloister said...

...y me atrevo a agregar algo al intimidantemente perfecto post de Omar, porque me hizo reirme mucho esta vez.

Yo, nerd típico (como ya saben los visitantes del blog de Ake), no era de los que me sabía muchas canciones en chipiachi. Pero como en la primaria no pertenecía a ese grupo afortunado de los inmaculados "externos", sino que era "semi-internado", cada día me la pasaba inmerso en la sopa mono-cultural (que no multi) de mis compañeritos de la Timba desde las 8:00 AM hasta las esperadas 4:30 PM.

Irremediablemente, se me quedaron grabadas en la memoria algunas de estas letras en chipiachi, las cuales, como le pasó a Omar en su ducha vacacional, salían espontaneamente como canturreo en el momento menos pensado, provocando las risas de mis padres y mi tía

Después de haber emigrado a Canadá he perdido muchas de estas letras en su pureza de chipiachi académico y se me han contaminado con el aburrido idioma inglés, pero gracias al post de Omar he rescatado una de ellas, coreada a gritos por los más gráciles de mis compañeritos mientras bailaban Juanito en el patio de la Guido Fuentes: la exhilarante Fiesta Forena.

(...)
Fiesta forena
camona singalón

o naylon
onai onai
(...)

(Y el momento cumbre)
Yeah! Asere!
(luego de lo cual se desataban los pasillos más complicados del baile)
(...)


Yo nunca bailé Juanito: mis zapatos ortopédicos se negaron rotundamente. Pero juntos yo y mis zapatos, abrazados a la maleta rusa, meditamos en cual sería el significado del vocablo "forena" mientras esperábamos, después de la hora de salida, a que mi madre nos viniera a buscar. Abriendo y cerrando distraidamente el cierre metálico de la maleta, adornado con un cristalito refractario anaranjado de foco de carro, me preguntaba si una "fiesta forena" sería una especie de fiesta popular newyorkina donde la gente salta por el césped de los parques citadinos toda la noche, como en el video clip. Pero el vocablo "singalón", al cual algunos de mis compañeritos le cambiaban la L por S, sugería que las "fiestas forenas" prometían algo menos inocente que un pueril pisteo nocturno de hierbitas.

Omar Rodríguez said...

Prometido: en el próximo post podemos colgar "Oh naylón..."

En mi primaria, que eran más recataditos los chamas, cantaban bien antifonales:

Oh naylón....
y cartuchón!

Oh naylón...
y catruchón,

guan... tú... trí...
Oh naylón...
(bis)

Anonymous said...

Antología del Chipiachi. Hay 3 muelas Liset. TRESSSSSSSS ;)

No perderse los comentarios de Wcloister sobre la Fiesta Forena.

Lara at Rescue